Una entrada colorista y dulce para estrenar el blog este año y para desearos de corazón que no os falte salud ni trabajo ni amor.
Es realmente sencillo confitar los cítricos con esta receta, sólo hace falta un poco de tiempo y paciencia, un poco, en 1 hora estará listo, tal vez unos minutos más, y el resultado merece la pena, os lo aseguro.
Elegiremos 2 naranjas buenas, si son ecológicas mejor, medianas tirando a grandes.
Las lavamos a conciencia frotándolas con un cepillito para eliminar todos los posibles productos indeseables adheridos a la piel.
Las cortamos en rodajas o en gajos, mejor finos pero sin pasarse porque se romperían con el hervor.
Las colocamos en una cazuela de fondo amplio donde habremos echado 400 grs. de azúcar y 200 grs. de agua.
A fuego lento en todo momento, sin removerlas con utensilios, sólo meneando la cazuela de vez en cuando y con suavidad para que no se rompan; cuanto más finas sean, antes se harán, pero en 1 hora o poco más, listas.
Las sacamos con cuidado del almíbar que quede y las extendemos sobre una rejilla colocada sobre una fuente para que escurran y se vayan secando, yo las dejo toda la noche.
Algunas se pueden guardar en un tarro de vidrio cubiertas con el almíbar restante.
Es una preciosidad para la vista, verdad?, me encantan estos tonos.
Colocamos cada rodaja sobre un trozo de papel de horno y después hacemos paquetitos con más papel y los guardamos en un lugar fresco y seco, nos vendrán bien para adornar postres, para comidas agridulces o para contentar a padres golosos como el mío.
Fuente: webos fritos, un blog maravilloso, un clásico donde aprender y recrearse.
Un abrazo amig@s!, no me olvidéis aunque ande poco por la blogosfera esta temporada, es que estoy muy liada.