Este verano, la huerta de casa está rara, no sabemos si es por el clima o si la tierra estará cansada, como el jefe que la cultiva, nuestro padre, un labrador que la mima y la trabaja con saber de siempre.
Pero los pepinos se paran, los tomates tardan siglos en madurar, los pimientos están con la planta frágil, mientras las verduras de invierno derrochan frondosidad.Una pequeña locura acorde con el mundo de hoy.
Solanácea, como el tomate y la berenjena, que nos trajeron de las maravillosas tierras americanas, el pimiento es una fuente de vitaminas y minerales.
Arriba a la izda.: pimientos del pico, más grandes que los piquillos, de carne deliciosa una vez asados y desprovistos de la piel,
se recolectan rojos aunque entreverados están en su sabor perfecto, también resultan ricos en verde si tienes ansia por probar los primeros, como evidentemente es el caso.Los congelamos asados y pelados , salen igual de ricos.
Arriba a la dcha.: piquillos D.O Lodosa, Navarra, de carne finísima, ideales para rellenar ( si consigues pelarlos sin que se rompan) y en cualquier preparación. En Lodosa os dirán que
los más sabrosos son los entreverados, y es verdad.
Abajo izda.: pimientos de Gernika, pequeños, muy buenos para servir fritos, parecidos a los de Padrón, pero no pican apenas,sólo si los recogemos grandes y desfasados.
Abajo dcha.: pimientos de ensartir, choriceros. Madurados en la mata, cuando están bien rojos, los secamos al sol en ristras y duran todo el año, para salsas, potajes..En fresco, bueno para refritos.
La sabia naturaleza hace que las ligeras plantas de este año aguanten firmes la carga de pimientos.
Aupa campeones.
Los de Gernika.
Guindillas. Nuestro padre las conserva con esencia de vinagre y agua, en tarros de cristal, para todo el año, véase el
pintxo de guindilla y anchoa estilo gilda. Igual de buenas que las famosas guindillas de Ibarra.
Si se recogen pequeñas, apenas pican.
En fresco, están muy ricas fritas.
Los primeros 8 pimientos del pico, recogidos en verde, aunque los más sabrosos sean los entreverados, y los primeros 2 piquillos, van al horno precalentado a 180º durante 30 m.
Tal cual, untándolos con aceite quedan ricos, pero no lo considero necesario.
Podemos asarlos en una carmela grande, dándoles vuelta de vez en cuando.
O en brasas.
Recién asados, los envolvemos en papel de periódico . Una vez tibios se pelan casi solos.
Nunca hay que lavar los pimientos ya asados, para limpiarnos restos de piel y semillas de los dedos, dispondremos un vaso con agua para mojarnoslos y quitar los restos de las yemas cuando se necesite.
Con algo de sal y un chorro de zumo de oliva.
Un capricho muy rico.
Y un paseo por la huerta.
Los tomates cherry están esplendorosos.
Voy a secar bastantes al sol para conservarlos durante meses.
Los primeros tomates perucos. Preparamos, según van madurando, salsa de tomate para todo el año, una salsa-crema riquísima, son todo carne, apenas sueltan agua.
Ramilletes de acelgas y borrajas que nos organiza el viejillo. Algún día os enseñaré cómo vuelve el maletero los domingos por la tarde.
Y después........¿ Quién me preparará estos atados con su cuerdica negra?.