miércoles, 14 de noviembre de 2012
Habas txikis con mano y tocino de cerdo.
No se sabe con certeza el origen de las habas, la mayoría de estudiosos lo sitúan en la zona que abarca desde Asia occidental hasta el norte de Africa.
Si en el Neolítico empezaron a practicarse la agricultura y la ganadería, existen vestigios del cultivo de habas del 2300 a. de C. , en la cuenca mediterránea.
En el antiguo Egipto se consideraba una legumbre impura, relacionada con las almas de los muertos y, aunque se conoce que griegos y romanos la cultivaban y consumían, no dejaba de arrastrar una " mala fama" ligada a supersticiones, véase la historia ( o leyenda? ), sobre Pitágoras.
En la Edad Media, era poco apreciada y dedicada a alimento animal o de las clases muy pobres, "No vale un haba".
En el Renacimiento se empezó a consumir en fresco y ganó adeptos, siendo hoy en día muchas veces un lujo unas habitas tiernas, en grano o en calzón.
Vicia faba major.
Según entiendo, hay tres clases de fabas ( su nombre romano) :
Vicia faba minor, la que hoy nos ocupa, de vaina cilíndrica y granos pequeños.
Vicia faba major, la más consumida, sobre todo en fresco, vaina y grano grandes en su madurez.
Vicia faba equina, destinada al consumo animal.
Las habas txikis son de la variedad minor. Se consumen secas y antaño formaban parte de la alimentación cotidiana de gentes del campo, pastores, leñadores y carboneros. Muy común en tierras navarras y también alavesas en tiempos de escasez y pocas comodidades; un plato de habas txikis con algo de tocino y pan, solucionaba el sustento del día y hacía entrar en calor el cuerpo en el duro invierno.
Hoy es una legumbre casi olvidada, a pesar de su excelente sabor y de sus muchas propiedades nutritivas, entre otras, es buena contra el colesterol y contiene mucha fibra porque las comemos con piel.
Era habitual sembrarlas en muchas zonas de Navarra y Alava, quedando hoy en día uno pocos productores para consumo propio y menos todavía que la produzcan para su venta, en ferias y tiendas especializadas. Tienen gran tradición en la Sakana ( la Barranca, zona de Navarra siguiendo el curso del río Arakil, entre la sierra de Aralar, al norte, y las sierras de Andía y Urbasa, al sur.)
Precisamente un viejo labrador del corredor de Sakana, nos guardaba cada año 4-5 kilos de habas txikis auténticas, muy oscuras, pero ese señor ya no está y nadie le ha tomado el relevo.
Mientras conseguimos semilla buena para empezar con su cultivo en el pueblo, que hasta hoy, mi padre sólo siembra la faba major, he comprado unas certificadas con Euskal Baserri, de Alava, bastante buenas ,aunque de la variedad de color más claro, no tan finas como las oscuras.
Este es un guiso contundente; aunque las cocináramos sólo con hortalizas, sin productos del cerdo, seguiría sin ser un guiso suave, las habas txikis tienen mucha fortaleza, pero están buenísimas, tienen un sabor pronunciado que a nosotros nos gusta mucho, eso sí, para comer durante el invierno y cada 15 días.
Acompañadas con piparras en vinagre, por favor.
Con esta receta quiero participar en el concurso culinario organizado por Apicius, patrocinado por San Ignacio, Taller de las Tradiciones, La cocina de Plágaro, Oh!Menaje, Marvi Rótulos-Placas conmemorativas y Artepan.
Para unas 5 raciones, vamos a necesitar :
- habas txikis 500 gr. ( puestas a remojo mínimo 12 h. antes)
- puerro, cebolla, zanahoria y una cabeza de ajos
- mano de cerdo
- tocino entreverado
- chorizo
- aceite extra virgen de oliva
Aspecto antes y después del remojo.
En una perola, pondremos las habas con las carnes más la cabeza de ajos y cubrimos con agua, arrimamos a fuego fuerte y al rato de empezar a hervir, bajamos el fuego y dejamos que vayan cociendo.
Pasada una hora, añadimos las hortalizas y dejamos que siga la cocción sin prisas, es un guiso para hacer cuando vamos a estar por casa unas horas, mientras se hace despacio, nosotros nos dedicamos a otros menesteres.
(En olla rápida, pondríamos todo junto desde el principio y contaríamos 30m. a partir de que sale el vapor, dependiendo de cada olla.)
Según merma el caldo, añadiremos algo de agua fresca.
Al cabo de unas 2 horas, comprobamos si están habas y carnes hechas, muy tiernas. Si no es así, seguirán cociendo.
Retiramos las hortalizas, las pasamos por pasapurés o por batidora y las incorporamos de nuevo al guiso ; mi madre nunca hacía este paso, nos enseñó a comer todo lo que había en el plato, pero yo prefiero que los posibles tikismikis que haya en la mesa no se quejen, además, espesará más la salsa y quedará más curioso.
Salamos al gusto, las legumbres se salan casi al final, rociamos con algo de buen aceite y vamos moviendo la perola, a fuego bajo, para que termine de integrarse todo bien.
Servimos caliente ; con algo de ensalada, y las guindillas, es una comida más que suficiente.
Salud amig@s!
On egin!
Un estupendo plato con una explicación fantástica, mucha suerte en el concurso y feliz domingo.
ResponderEliminarBuenas tardes Miren:
ResponderEliminarSu receta ha quedado registrada para el III Concurso Internacional de cocina.
Como sabe puede concursar con otra receta dulce y otra salada.
Suerte con el jurado del cual no formo parte.
Saludos
Pero qué deliciosos platos, adoro las habas, los dos tiene un color tan apetitoso.
ResponderEliminarSaludos
Como han cambiado los tiempos verdad ?.......Antes eran denostadas y hoy en dia aclamadas ......no conozco a nadie que no le guste un buen plato de habas o fabas.
ResponderEliminarTe deseo mucha suerte en el concurso porque esta es una Sra.receta asi que estoy segura de que te lo vas a llevar de calle.
Besinos.
PD : Ah lo de las galletas que se me olvidaba , puedes adaptarlas, yo creo que es factible, pero como comento en poca cantidad porque al dia siguiente mantienen el sabor pero la textura se pierde asi que mucho mejor comerlas en el dia recién preparadas. Ya me contarás.
MMMmmm que rico, yo quiero :P
ResponderEliminarSaludos desde EL DUENDECILLO DE MI COCINA-TRINI-ALMERÍA
En una ocasión Carlos Arguiñano comento que un pastor que conocía en la zona de Beasain comía prácticamente los 365 días del año estas habas, y de postre un trozo de queso. El señor tenia 95 años seguía en el oficio y tenía una salud envidiable... lo comentaba a raíz de la tan importante variedad en la alimentación desde el punto de vista medico.
ResponderEliminarYo prefiero las frescas y cuando están muy tiernitas si no me resultan muy fuertes de sabor. Supongo que será falta de costumbre.
Un beso.
Flori.