Creo que la borraja es una verdura extra, su sabor es de una suavidad y a la vez personalidad, que la hacen, para mí, una de las reinas de la huerta, al mismo nivel que la alcachofa, a la que tanto me recuerda en su olor al hervir y también en el sabor.
Simplemente cocidas en agua hirviendo y rociadas del mejor aceite de oliva crudo, son un manjar, no dejéis de probarlas si sois amantes de las verduras y no las conocéis.
Estas son unas croquetas de jamón a las que he añadido trocitos de borraja hervida y algo de su caldo de cocción junto a la leche de la bechamel.
El caldo de cocer alcachofas y borrajas, jamás lo tiro, es muy rico para tomarlo caliente con un poco de aceite y también, para añadir a las salsas.
Necesitamos: - borrajas hervidas y algo de su caldo de cocción y unas hojas tiernas de borraja para presentar el pintxo.
- jamón picado
- ajos
- aceite de oliva virgen extra
- mantequilla
- harina
- leche
- harina, huevo batido y pan rallado para rebozar
- sal al gusto
Lavamos y troceamos las borrajas, si son muy tiernas apenas habrá que pelar los tallos, para cocerlas en un poco de agua hirviendo durante unos 15 minutos, se deshacen enseguida y personalmente, prefiero la verdura sin exceso de cocción, al dente.
Guardamos unas hojitas para presentar con las croquetas, lavadas y secas. Pueden ir fritas, como en nuestra flor de verduras, o crudas como ensalada, que me parece mejor en esta ocasión.
Podemos comernos un buen plato de borrajas con patatas y zumo de oliva y reservar algunas para las croquetas. Haremos una bechamel para croquetas, como tengamos costumbre, yo primero he dorado dos dientes de ajo pelados en el aceite y la mantequilla.
Después se retiran los ajos y se tuesta un poco la harina en la grasa.
Añadimos caldo caliente de borrajas.
Añadimos leche hasta conseguir el espesor deseado y no nos olvidamos de los tropezones: el jamoncito picado y nuestra maravillosa borraja también picadita.
Las croquetas siempre las hago a ojo.
Una buena referencia para mí es que cuando echo la harina, tiene que formar unos picos al integrarse con el aceite y la mantequilla, cuando está así, ya no pongo más harina y empiezo a echar el líquido.
La bechamel tiene que cocer un buen rato para estar más rica.
Después la dejamos enfriar extendida en una bandeja, perfecto de un día para otro, y las formamos y pasamos por harina, huevo batido y pan rallado.
Las freímos en aceite profunda caliente, de pocas en pocas y escurrimos el aceite sobrante con papel de cocina.
Podemos presentarlas con hojas tiernas de borraja, fritas o crudas como ensalada.
Ricas de verdad.
Salud amig@s.
Con este pintxo quiero participar en el 2º concurso del maravilloso miblogdepintxos. Lo organiza su autora, Astrid, con la colaboración y patrocinio de:
On egin!